Que lindas las promesas, sobre todo cuando no se cumplen...


Qué bonito éramos ¿no?, qué lindas todas las palabras y los hechos que nos enamoraron. 

Qué bonitos nos veíamos enamorados, con tanto por venir y tanto por dar, con tanto por soñar

Qué bonito era cuando nos cuidábamos uno al otro, cuando nos susurrábamos que íbamos a estar siempre y cuando nos hacíamos temblar de la emoción con tan sólo vernos sin decir nada; absolutamente nada. 
Era bonito serlo. Era bonito sentirlo... Despertábamos a media noche con un beso, o un abrazo, simplemente agarrados al desdén de las sábanas. Era simple, éramos simples y eso me encantaba. Éramos y estábamos.

Me agradaba porque no teníamos que forzar un te quiero, una caricia, una sonrisa, ni tampoco obligarnos a ser espontáneos. Me gustaba, porque nos salía del alma, del corazón, el goce de estar y querer estar, porque éramos insignificantes y eso no nos molestaba. 
Me gustaba porque no había que tomarlo todo a pecho y todo tan en serio, como adultos, pero pensábamos como adultos, unos adultos disfrutando el presente y construyendo día a día para un futuro. 
Un futuro que es por separado, pero que tiene el mismo objetivo, ser felices. 

¿Y ahora qué? 
Si ya me soltaste, ya la distancia nos separó, ya el amor está por vencer, ya te dejé ir y ya ni sabemos cómo volver.
No sabemos si lo sano sea volver. 

Estamos empolvados, estamos hechos cenizas y no, no fue por haber ardido en amor. Porque el amor nos llevó donde estamos... Luchando por nuestros sueños, pero cada una por su lado. 
Nos quemó el tiempo, la distancia, los desacuerdos y el aire nos esparció por otras partes y ni aunque nos gritemos de un lado al otro nos pudiéramos encontrar nuevamente. 

Y sí. Era lindo, era lindo, era real, pero la realidad nos hizo aterrizar, y dejar de pensar que todo estaba bien y que todo iba a estar bien… Era lindo porque éramos si quiera algo, algo que dolió, duele y dolerá. 

Algo a lo que se renunció fácilmente, pero que entre todas las realidades, lo único que prevalecerá es el amor que sentíamos, real, gigante y sincero. 

A pesar de las promesas incumplidas, prometo que de este amor estoy y estaré agradecida.
Así, como todas las promesas que incumplimos, esta permanecerá. 

Comentarios

Entradas populares